May 14, 2007

El capricho

Capítulo I
La espesa masa blancusca caía de su boca. Laura cepillaba los dientes con rapidez e ineficiencia. Su presencia física estaba en el baño, pero su mente vagaba en preocupaciones: la comida que faltaba para mañana, las llamadas pendientes a su madre, la tarea del hijo menor, el cerrojo abierto de la puerta principal..
Enjuagó su boca sin cuidado y secó el rostro con una toalla. Él la miró fijamente, se concentró en el residuo de pasta de dientes junto al contorno de su labio; le causaba asco. No pronunció una palabra, torció la mirada y se dirigió a la habitación.
Ella apresurada corrigió la tarea de su hijo
-Antes de la "v" se escribe "n", no "m". Entiende, no "m".

Borraba incesantemente los errores y alteraba la conducta del niño.
-Ya lo tienes niño, guarda tus cosas y duerme ya que mañana no te vas a querer levantar.

Fastidiada, Laura entró a su recámara en dónde estaba él, viendo televisión. Ella rendida se dejó caer en la cama y cerró los ojos. Comenzaba a perderse en el sueño y sintió la mano fría de él en su vientre. Ella lo rechazó,volteó su cuerpo al lado opuesto y acomodó la almohada en su cabeza. Él suspiró, la vió con una mirada cansada.

-Quiero comprar un pingüino.

Laura escuchó entre murmullos y sólo alcanzó a pronunciar

-Duérmete y deja de decir estupideces.

April 19, 2007

Insomnio

Veinte segundos antes de que las manecillas del reloj se posicionaran verticalmente, ella despertó. El sueño se había esfumado cual traicionero compañero que se marcha sin pronunciar una palabra. Enciende la luz y gesticula en disgusto por los golpes que recibe de aquella de lucha de resistencias luminosas.

Se sienta en la cama, respira, cierra los ojos. No puede pensar nada en concreto y sin embargo todos los pensamientos están presentes. Respira, vuelve a respirar. Abre los ojos lentamente y alcanza a distinguir el cuarteto de rosas que está sobre la mesa. Son hermosas, sin embargo se da cuenta que sólo una se ha salvado, las otras tres están marchitas.

Admira la bella de las rosas. Se levanta y toma la mejor, la que le causa goce estético y le emite tranquilidad. Se astilla con una diminuta espina. Suelta la flor y se lleva el dedo a la boca. Absorbe la sangre restante y lo entiende todo. Ella le provocó á él, el más dulce de los dolores; lo amó.

April 08, 2007

El viaje


I
No sé porque a la gente le encanta andar cargando petacotas a reventar, llenas de ropa que ni se ponen. En todo el viaje usan lo mismo aunque s'ensucien. Antes de tomar el camión pensé en armar una maleta pero nomás me acordé del lío y me imaginé con la misma muda toda la semana que mejor me fui así namás, así como me ves. Eso sí, traje mi chamarra porque luego en las noches me da harto frío y para qué quieres.

Yo no vengo a turistear, a pasearme o a conocer el pueblo. Me salí por necesidad. Tenía que quitarme tanto pinche trauma que me agobiaba estando en el distrito. Todo es por ese cabrón. No sé en qué momento empecé a cambiar, pero lo que sí sé es que fue por su culpa; me estaba volviendo huraña, antipática y lo que más me duele son los niñitos que viven conmigo. A esas criaturitas les tocaron todos mis enojos porque yo me desquitaba con ellos y con harta vergüenza te confieso que les pegaba, pero es que ya traía todos estos pedos que me hacían perder el control. Por eso vine, namás por puritita necesidad.

La gente sale en estas fechas porque las escuelas o las oficinas les dan días libres. En mi caso se puede decir que me dieron vacaciones, a veces nos dan. En mi trabajo trabajas cuando quieres. La gente ya sabe que tiene que llevar tanto dinero para cumplir y así si llevas más dinero luego puedes descansar. Entonces trabajé reteharto la semana pasada para tener vacaciones. Hasta eso fíjate que estuvo bien la escapada. Me sentaba con los patitos en el lago y pensaba en muchas cosas, pensé mucho en ese cabrón y me dí cuenta que no vale la pena, que estoy sufriendo mucho y ya estuvo bueno. Ora sí cómo dice mi hermana "Spuky contigo". Spuky contigo, cabrón. Maldita la hora en la que decidí juntarme contigo. Lo que sí es que no me amargó la vida. Dios sabe porqué me ha puesto muchas pruebas a mis cortos dieciséis años, pero sí que he aprendido. Me ha tocado verlas negras, cuando me acuerdo ya van dos años que me salí de mi casa y todavía sigo viva, mírame aquí, en el camión de regreso al distrito.