Capítulo I
La espesa masa blancusca caía de su boca. Laura cepillaba los dientes con rapidez e ineficiencia. Su presencia física estaba en el baño, pero su mente vagaba en preocupaciones: la comida que faltaba para mañana, las llamadas pendientes a su madre, la tarea del hijo menor, el cerrojo abierto de la puerta principal..
Enjuagó su boca sin cuidado y secó el rostro con una toalla. Él la miró fijamente, se concentró en el residuo de pasta de dientes junto al contorno de su labio; le causaba asco. No pronunció una palabra, torció la mirada y se dirigió a la habitación.
Ella apresurada corrigió la tarea de su hijo
-Antes de la "v" se escribe "n", no "m". Entiende, no "m".
Borraba incesantemente los errores y alteraba la conducta del niño.
-Ya lo tienes niño, guarda tus cosas y duerme ya que mañana no te vas a querer levantar.
Fastidiada, Laura entró a su recámara en dónde estaba él, viendo televisión. Ella rendida se dejó caer en la cama y cerró los ojos. Comenzaba a perderse en el sueño y sintió la mano fría de él en su vientre. Ella lo rechazó,volteó su cuerpo al lado opuesto y acomodó la almohada en su cabeza. Él suspiró, la vió con una mirada cansada.
-Quiero comprar un pingüino.
Laura escuchó entre murmullos y sólo alcanzó a pronunciar
-Duérmete y deja de decir estupideces.
May 14, 2007
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